Los vecinos de los barrios de Cercadillos y Castañeta de La Aldea de San Nicolás se encuentran en pie de guerra, ante lo que consideran un atentado, agresión y amenaza sobre sus bienes, viviendas y terrenos de cultivo, principalmente.
Estos vecinos denuncian que los trabajos de extracción de áridos que está realizando la empresa adjudicataria de la rehabilitación de la avenida de La Playa, perjudica gravemente sus propiedades al poner en riesgo las mismas ante posibles crecidas del barranco de La Aldea.
Los perjudicados manifiestan que tanto las viviendas como las fincas, llevan levantadas más de cien años, con mucho sufrimiento, abnegación y sacrificio de sus progenitores. En estos años han visto llover y han padecido los efectos de las crecidas del barranco.
Es por esta razón por la que entienden que los trabajos de extracción ponen en riesgo sus propiedades al retirar las defensas naturales que, con el paso de los años han supuesto una protección y abrigo ante las subidas del barranco.
Además, denuncian que llevan diez días padeciendo el tormento de la cernidera que ha instalado la empresa en este tramo del barranco, que provoca una contaminación acústica que impide escucharse en la propia vivienda, así como una enorme cantidad de polvo en suspensión que impide, no solo permanecer en el exterior, sino el no poder llevar a cabo la actividad en sus cultivos que se ven castigados por esta situación.
Los perjudicados manifiestan su crispación ante la respuesta del ayuntamiento que se ha desentendido de esta problemática en un principio, aduciendo que no tienen ninguna responsabilidad. Los vecinos entienden que esta institución cuando no puede hacer nada, por lo menos debiera intermediar para lograr una solución ante tal agravio.
Hasta ahora los vecinos han logrado paralizar los trabajos de extracción impidiendo la entrada de la maquinaria en el tramo de Cercadillos. Ante el cariz de los acontecimientos el ayuntamiento convocó al Consejo Insular de Aguas que envió un técnico a informar a los vecinos.
En la reunión, en la que también estuvo presente la concejala de Urbanismo y un técnico municipal, los ánimos estuvieron bastante alterados ante las respuestas que recibían del técnico del Consejo Insular. Éste negaba que la extracción pasara de los tres metros y los vecinos le demostraron cómo llegaba a los siete metros, dejando al descubierto los cimientos de muchas de las paredes de las fincas.
El técnico garantizó que la duración de los trabajos no pasaría de los tres meses y, una vez finalizados, se acometerían trabajos de rehabilitación de los bordes del cauce para evitar problemas. Los vecinos le demandaron que les entregara por escrito esta información, a lo que el técnico les respondió que no podía. Fue entonces cuando reclamaron la presencia del Consejero de Aguas del Cabildo para solventar la situación ya que, de otro modo, no iban a permitir el paso de las máquinas.
Algunos de los vecinos han declarado que, además de los problemas de salud que les está causando la extracción y la pérdida de su sustento al dañar seriamente sus cultivos, los pozos de la zona están sufriendo un retroceso considerable.
Las extracción de áridos está afectando a una veintena de viviendas de estos dos barrios, así como a unas 60 fincas y granjas de animales colindantes en este tramo del barranco de La Aldea.
Los vecinos consideran que se está produciendo un expolio y un saqueo para realizar una obra de la cual están siendo gravemente afectados. En ningún momento se les consultó, ni se les informó de lo que se iba a provocar, ni tampoco se realizó el estudio de impacto ambiental, ni de las consecuencias que iba a tener sobre su salud y sus propiedades, declaran.
A la espera de que el Consejero de Aguas les atienda, los vecinos comunican que han puesto en manos de la Fiscalía de Medio Ambiente toda la información de que disponen, ya que entienden que en este proceso se han cometido varias irregularidades.