Tras años de pocas lluvias en Gran Canaria, algunos buscan relación con los chemtrails, opinando que se usan para que el turismo disfrute de 365 días de sol, eliminando las grandes nubes que anuncias lluvias abundantes.
"Juanma" nos envía estos vídeos grabados desde Tafira en días con abundantes nubes, donde no se produjeron lluvias y había presencia de Chemtrails.
Las llamadas estelas químicas o quimioestelas (chemtrails en inglés) son un supuesto fenómeno que consiste, según los convencidos de su existencia, en que algunas estelas de condensación dejadas por aviones no son tales, sino que en realidad están compuestas por productos químicos. La existencia de dichas estelas químicas ha sido refutada por la comunidad científica, si bien casi todas las hipótesis de esta teoría de conspiración coinciden en que su objetivo sería causar algún tipo de daño a la población. Se trataría de una práctica conocida por unos pocos, quedando fuera de este término la dispersión de sustancias químicas para fines reconocidos (fumigación, sembrado de nubes, exhibiciones aéreas, etc.).
El término inglés «chemtrail» es una abreviación de la expresión inglesa «chemical trail», cuya traducción literal es estela química. En español el vocablo «quimioestela» es el resultado de la derivación de "estela" mediante el prefijo "quimio-".
El vocablo fue utilizado por primera vez por el periodista William Thomas en 1999, aunque la primera descripción del fenómeno data de 1997, por Richard Finke. Algunos partidarios de esta teoría defienden que las estelas químicas comenzaron años antes.
La comunidad científica se muestra escéptica respecto a la existencia de las quimioestelas y considera que se trata bien de estelas de condensación, o bien de cirrus.