“Se nota que Gran Canaria ha tenido muchas influencias, pero al mismo tiempo, y es lo sorprendente, posee una enorme personalidad. Es decir, la cocina de aquí es muy de aquí”, añade Sergio Torres con la convicción de que no hay un modo mejor de expresar lo evidente.
Los hermanos Torres han percibido aromas americanos, esencias africanas, toques europeos y, en general, atlánticos que se han mezclado y cocinado con paciencia durante siglos en el caldero grancanario hasta dar lugar a unos productos y platos absolutamente diferenciados.
“Hay muy buen producto, tanto del campo como del mar, y muy diverso. Además, se cuenta con plantas subtropicales y tropicales que subrayan esta diferencia”, prosigue Javier, que reconoce que ha experimentado una especie de fascinación grancanaria que se plasmará próximamente en un programa dedicado a la Isla dentro de su espacio televisivo de máxima audiencia.
El menú de la visita de los hermanos Torres a Gran Canaria incluía un poco de todo. “Fuimos por ejemplo a un molino de gofio y en este caso nos pareció muy interesante el toque tostado del millo”. Les entusiasmó especialmente el gofio escaldado con caldo de pescado. También se quedaron prendados de las texturas y sabores profundos de los mojos.
Los Torres comprobaron que la gastronomía de Gran Canaria es una extensión de sus paisajes y de su historia y que no se entiende lo uno sin lo otro. Probaron quesos exquisitos que no existirían sin los microclimas de montaña donde crecen los pastos, pero tampoco sin el esfuerzo y saber hacer de los pastores y de los queseros y queseras. El plato de cherne con papas negras que degustaron en el barrio histórico de Vegueta, en Las Palmas de Gran Canaria, les hablaba claramente de la riqueza de los fondos marinos de Gran Canaria y del tesón y sabiduría de los marineros.
Por cierto, y ahora que ya nos mojamos los pantalones… Los hermanos Torres están acostumbrados a estar en la cresta de la ola, pero en Gran Canaria han experimentado en sus carnes lo que supone surfear en La Cícer, uno de los templos surferos de Europa situado en uno de los extremos de la playa de Las Canteras de Las Palmas de Gran Canaria.
Los hermanos Torres se van, pero algo de ellos se queda para siempre en Gran Canaria. Y dejan sobre la mesa (¿dónde si no?) un consejo. “La Isla lo tiene todo para sorprender con su gastronomía. Hay que valorarla como lo que es, algo distinto y excelente”. Oído cocina…