A finales del mes de agosto, una patrulla de Policía Local de Mogán se encontraba prestando servicio en la Avenida de la Cornisa, en Puerto Rico, cuando observaron un vehículo que realizaba una maniobra extraña en sentido contrario al de circulación de los agentes. Por ello, los agentes se pusieron a la altura del vehículo con el fin de averiguar si había algún problema.
En ese momento, tanto el conductor como los dos ocupantes de la parte trasera del vehículo abrieron las puertas y comenzaron a correr huyendo de los agentes y dejando el vehículo en marcha con las puertas abiertas y en medio de la calzada, pudiendo provocar un accidente ya que se trataba de una curva con poca visibilidad en una vía principal.Tras la huída a pie, los agentes comenzaron a correr detrás de ellos ordenándoles que se detuvieran, ignorando la orden los ocupantes del vehículo.
Los agentes de la Policía Local de Mogán procedieron a realizar una batida por la zona con el fin de localizarlos. Así, en una avenida cercana observaron a dos jóvenes que, por la actitud que mostraban al esconderse, les hacían sospechar de que se trataban de los supuestos autores de los hechos, por lo que los agentes volvieron a darles orden de detenerse con el fin de identificarlos, algo que los jóvenes respondieron huyendo en sentido contrario a los agentes. Los agentes volvieron a correr detrás ellos, siendo evadidos por los mismos.
Momentos después, al recoger el vehículo policial y hacer una ronda por la zona, los agentes observaron detrás de los matorrales de un barranquillo cercano a uno de los implicados, por lo que procedieron a realizar su detención. En ese instante hizo acto de presencia una unidad del puesto de Puerto Rico de la Guardia Civil. El detenido, tras ofrecer gran resistencia a los agentes de la Policía Local, manifestó ser menor de edad e informó que se encontraba hospedado junto a otros jóvenes en un hotel de Puerto Rico.
Con esta información los miembros de la Policía Local y Guardia Civil se dirigieron a la habitación del complejo hotelero, donde uno de los agentes de la Policía Local reconoció al conductor del vehículo, que reconoció la autoría de los hechos y manifestó que carecía de permiso de conducción.
Tras la detención, los agentes de la Guardia Civil manifestaron que habían realizado averiguaciones sobre el vehículo implicado, el cual podría haber sido sustraido, ya que el titular del vehículo manifestó que no se lo había dejado a nadie.
Finalmente, el conductor del vehículo fue imputado con un delito contra la seguridad vial al carecer de permiso de conducción, un delito de hurto y uso de vehículo a motor y un delito de desobediencia grave a los agentes de la autoridad. El pasajero que no fue localizado por los agentes se presentó en las dependiencias de la Guardia Civil días después. Todos los ocupantes del vehículo fueron imputados con un delito de desobediencia grave a los agentes de la autoridad.