El panel de catadores está compuesto por 14 personas que han seguido la recomendación de la organización de “catar con calma”, tal como harán en la segunda jornada, este jueves, hasta determinar cual es la mejor de las 57 que pasaron los parámetros fisicoquímicos del Cabildo de las 68 que se presentaron.
Las 57 muestras que concurren al concurso procedentes de 16 municipios están inscritas en la marca de “Gran Canaria Calidad”, para lo que se han tenido que superar estrictos controles de calidad, explicó Hidalgo, lo que supone hablar de “excelencia” y además de una garantía para el consumidor, un valor añadido para el productor.
Este año se ha registrado una merma en cuanto a la participación porque la temporada de recogida de miel, que en Gran Canaria se extiende de junio a octubre, se ha visto afectada por las inclemencias del tiempo, de ahí que se hayan recogido alrededor de 100 toneladas, 20 menos que en 2014.
Aun así, las explotaciones apícolas van en aumento, principalmente gracias a la incorporación de jóvenes emprendedores que han visto en la apicultura una salida profesional, tanto es así que actualmente hay 300 explotaciones y 9.000 colmenas en Gran Canaria.
El apicultor debe estar inscrito en el Registro de Explotaciones Ganaderas de Canarias para participar en el Concurso y la muestra debe estar correctamente filtrada, sin signos de fermentación ni defectos organolépticos, además de cumplir los parámetros fisicoquímicos establecidos por la Institución insular.
Los catadores analizan en primer lugar el olor, para luego valorar un conjunto de sensaciones en las que entra en juego el sabor, la persistencia de la miel en la boca y el aroma, que conjuga olor y sabor. El tercer aspecto es la cristalización de la miel, es decir, el tamaño y densidad del grano de azúcar.
La cata continuará este jueves en una jornada en la que se elegirá la mejor miel de Gran Canaria y se entregará otros 19 premios.