Recta final de la primera fase de las prospecciones petrolíferas.

El Rowan Renaissance, el buque cuyo alquiler cuesta a Repsol un millón de euros al día ha perforado este lunes a 3.093 metros de profundidad, el máximo previsto en las catas que realiza en el pozo denominado Sandía. Recogerá las últimas muestras y en breve comenzará el sellado del pozo con hormigón reforzado.

La compañía estima que el 20 de enero concluirán los sondeos y a finales de enero o principios de febrero, Repsol contará con las primeras conclusiones. La compañía ya ha anunciado que si los resultados son negativos abandonará el proyecto de prospecciones en Canarias.

En cambio, si identifican bolsas de hidrocarburos comercialmente atractivas podría de inmediato iniciar nuevas perforaciones en la cuadrícula bautizada como Chirimoya.

La última opción, es que la multinacional paralice los sondeos el 20 de febrero, envíe el buque a la costa angoleña y se tome unos meses para analizar en profundidad los resultados de las muestras y marcar así su estrategia.