La única ayuda de la que dispone Davinia es la de su padre quién además tiene que ir en silla de ruedas.
antena3canarias.com | Canarias | Actualizado el 05/08/2014 a las 17:06 horas
Exigen una asistencia integral a domicilio.
Davinia piensa en el pasado con nostalgia. Tiene 30 años y hace 5, sufrió un ictus cerebral que la dejó paralizada. Ahora este es su día a día.
Acostarla en la cama es prácticamente imposible para Francisco, su padre. Es peligroso para ambos y a menudo se ven obligados a pedir ayuda a los vecinos. A Francisco le falta una pierna, y se mueve en silla de ruedas. El ayuntamiento de Arrecife le envía asistencia entre semana dos horas por la mañana, pero el resto del día Davinia depende de él. Francisco reclama las ayudas de la ley de dependencia que se le concedieron en 2011. Piden que como mínimo tengan una asistenta todo el día. Davinia no puede hablar, pero se comunica con el ordenador.
Tiene dos hijas pequeñas que cuida una hermana suya. Los 560 euros que cobra su padre por cuidarla se van en gastos para las niñas y rehabilitación para ella. Por eso han pedido una reunión con la consejera Inés Rojas, pero le han citado en otra isla.
Y mientras esperan por las ayudas, Davinia y Francisco seguirán siendo absolutamente dependientes, uno del otro.
Exigen una asistencia integral a domicilio.
Davinia piensa en el pasado con nostalgia. Tiene 30 años y hace 5, sufrió un ictus cerebral que la dejó paralizada. Ahora este es su día a día.
Acostarla en la cama es prácticamente imposible para Francisco, su padre. Es peligroso para ambos y a menudo se ven obligados a pedir ayuda a los vecinos. A Francisco le falta una pierna, y se mueve en silla de ruedas. El ayuntamiento de Arrecife le envía asistencia entre semana dos horas por la mañana, pero el resto del día Davinia depende de él. Francisco reclama las ayudas de la ley de dependencia que se le concedieron en 2011. Piden que como mínimo tengan una asistenta todo el día. Davinia no puede hablar, pero se comunica con el ordenador.
Tiene dos hijas pequeñas que cuida una hermana suya. Los 560 euros que cobra su padre por cuidarla se van en gastos para las niñas y rehabilitación para ella. Por eso han pedido una reunión con la consejera Inés Rojas, pero le han citado en otra isla.
Y mientras esperan por las ayudas, Davinia y Francisco seguirán siendo absolutamente dependientes, uno del otro.