La Policía Local detiene a un conocido ratero de playa.

El joven descuidero, de 22 años, fue apresado esta madrugada tras robar un bolso a tres chicas holandesas que disfrutaban de un baño reconfortante en la marea después de una velada de fiesta.
  
La Policía Local del Ayuntamiento de San Bartolomé de Tirajana logró detener durante la madrugada de este miércoles en la Playa del Inglés a un conocido ratero de playa tras someterlo a un minucioso seguimiento y sorprenderlo robando a tres turistas holandesas.

El detenido, Oalid Q., indocumentado cuando fue apresado, es un súbdito marroquí de 22 años que reside en Vecindario. Se trata de un viejo conocido de la Policía Local por actuar como descuidero en la zona turística de la Plaza de Maspalomas y por sus hurtos sobre la arena de la Playa del Inglés a turistas ebrios y a parejas o grupo de bañistas descuidados y ajenos a este tipo de acechanzas y peligros.

La detención de este ratero de playa se produjo sobre las 05:00 de la mañana de este 21 de agosto, después de que le hubiese robado un bolso con una cámara fotográfica de 10.1 megapixeles y un teléfono móvil Iphone 4 a una turista holandesa de 18 años que a las 17:00 horas de este mismo miércoles tenía previsto regresar a su país.

La turista, acompañada por otras dos amigas de la misma edad y también de la misma localidad holandesa de Zoetermeer, disfrutaba de un reconfortante baño en la marea sin prestar mayor atención a los bolsos y pertenencias que ella y las otras dos chicas habían dejado sobre la arena tras su última velada de fiesta en el sur de Gran Canaria.

El detenido es un especialista en robos de descuido sobre la arena. Cuando actúa suele estudiar el proceder de sus víctimas, a las que sigue discretamente desde la Plaza de Maspalomas hasta la playa, donde se camufla en las sombras y se arrastra por la arena y entre las hamacas hasta que logra el botín que persigue.

Antes de robarle a las turistas holandesas, el descuidero intentó obtener beneficio de un turista que encontró a su paso a la altura del puesto de Cruz Roja, acostado y supuestamente en copas, al que le registró los bolsillos sin encontrar nada.


La detención de este descuidero no fue fácil, porque se echó a correr tras recibir el alto policial y tuvo que ser perseguido. Tras devolver los objetos robados a su propietaria, que no se había percatado de su sustracción, los agentes de la Policía Local trasladaron al detenido a la Comisaría de la Policía Nacional, donde las chicas holandesas también prestaron declaración sobre lo sucedido.