Así llegaron los REYES MAGOS a Maspalomas.


Fotos propiedad del Ayuntamiento de San Bartolomé de Tirajana y Teresa del Rosario.
El alcalde les entrega la llave mágica abrepuertas de todos los hogares, y en su carta les pide salud, empleo y solidaridad para los vecinos del municipio

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La recepción a los Magos de Oriente en el municipio de San Bartolomé de Tirajana se llevó a cabo por segundo año consecutivo en el Estadio Municipal de Maspalomas. Melchor, Gaspar y Baltasar llegaron en helicóptero sobre las 17.15 horas, y su aterrizaje colmó las expectativas de la numerosa chiquillería que les aguardaba descorazonada, impaciente e incrédula, ya que un malvado Capitán Garfio les había anunciado minutos antes que los Reyes no vendrían este año porque habían sido raptados por una tropa de piratas malhechores.

Hasta entonces, los niños habían disfrutado de una tarde de cuento anunciado desde las puertas del Estadio por Holly y Fresita y los pajes de los Reyes, que les invitaron a un divertido pasacalles multicolor protagonizado por los personajes universales de Disney, incorporados a la ceremonia institucional en limusina y en una carreta tartana tirada por caballos.

Fue la aparición del hada Campanilla la que cambió el semblante de los chinijos que llenaron la grada central. Éstos creyeron que el cuento tendría un final feliz y aplaudieron a rabiar cuando desde el aire descendieron en paracaídas la cuadrilla de infantes buenos comandados por Peter Pan, para enfrentarse a la pléyade de un desconcertado Garfio, temeroso del caimán.

Fue el valeroso duende de los bosques quien entregó al alcalde Marco Aurelio Pérez la llave mágica abrepuertas de todo el municipio, y quien anunció que una vez vencidos los piratas, y liberados, los Reyes no tardarían en llegar.

El descenso de Melchor, Gaspar y Baltasar del helicóptero clavó todas las miradas de la numerosa y aplaudidora chiquillería que vitoreó y coreó sus nombres, al tiempo que las autoridades municipales y los pajes reales se cuadraban para rendir honores.

Carta de intenciones

Tras darles la bienvenida y hacerles entrega oficial de la llave mágica del municipio para que pudieran acceder a los hogares durante la noche, el alcalde aprovechó el acto para leerles su carta solicitadora de buenas intenciones.

Les pidió que "el esfuerzo desarrollado hasta ahora por el Ayuntamiento para que Maspalomas Costa Canaria recupere su importancia como destino turístico mundial dé todos los frutos esperados, para que la economía municipal se reactive en beneficio de todo el tejido empresarial y laboral de la isla de Gran Canaria", y "el crecimiento y la prosperidad ofrezcan oportunidades de trabajo y empleo para todas las familias necesitadas".

El alcalde también le pidió a los Magos que el Ayuntamiento pueda seguir contando durante este 2013  con el apoyo colaborador de  los gobiernos de España, Canarias y Cabildo Insular de Gran Canaria "en la aplicación y desarrollo del importante y necesario proyecto de renovación y modernización de la zona turística, necesitado también del convencimiento y la participación activa del empresariado".

Asimismo, Marco Aurelio les solicitó el impulso de "una mayor conciencia social sobre el valor de nuestra tierra y de nuestro paisaje, para cuidarla, amarla y respetarla" y, también, el fortalecimiento "del espíritu de unidad, colaboración y solidaridad de los vecinos del municipio, para hacer de éste un espacio armónico y comunitario de vida".

La recepción oficial a los Magos de Oriente culminó con un desfile de la comitiva real acompañada por los personajes animados y flanqueada por zancudos, y con  una ofrenda en el Belén viviente montado por la Asociación Caminaré, de ayuda a los discapacitados, en el entorno del Estadio y de las oficinas municipales.

Tras la ofrenda real y una lluvia de fuegos artificiales, Melchor, Gaspar y Baltasar ocuparon sus tronos e iniciaron la recogida de cartas y sesiones fotográficas con los numerosos niños del municipio que se acercaron al Estadio de Maspalomas para vivir gozosos y en primera persona el desarrollo de este cuento que pone broche final a la Navidad.