Margareta Dorothea Müller, no
es una turista cualquiera. Cumplió 100 años en Playa del Inglés durante su
última estancia en nuestra Isla, concretamente en el complejo de apartamentos
Las Dunas.
Esta es la decimocuarta
ocasión que esta alemana nacida en Lenkersheim, una población cercana a la
ciudad Nuremberg, decide venir de vacaciones al sur grancanario y al destino
turístico Maspalomas Costa-Canaria porque dice que se siente muy a gusto, no
sólo por el clima, sino por la atención que recibe durante su estancia.
En la celebración de su
cumpleaños, la abuela alemana recibió el saludo, felicitación y un presente de
manos del concejal de Turismo y Promoción Turística de San Bartolomé de
Tirajana, Ramón Suárez, con quien apagó las velas y compartió una tarta de nata
y fresas preparada para la ocasión teniendo en cuenta su condición de persona mayor
y con diabetes.
Margareta muestra un humor
jovial y asegura que no se priva de casi nada. "Como de todo y vivo con
los problemas propios de la edad, como dolores de articulaciones y huesos, pero
poco más", dice. En su casa se mueve con facilidad pero cuando sale ya
necesita de una ayuda para desplazarse.
Ya regresó a Alemania con la
intención de volver a Maspalomas. Su estancia en el Sur se prolongó durante
tres meses. Los aprovechó para pasear, tomar el sol y compartir charlas largas
y distendidas con su hija Anna Meier Müller y con los numerosos amigos que la
visitaban en su apartamento.
Sobre su pasado no olvida que tuvo
una vida difícil y muy activa en el medio rural donde reside. En Lenkersheim tuvo
cuatro hijos de los que en estos momentos viven tres, quienes le han dado la
alegría de cinco nietos y un bisnieto.
Con una piel lozana, donde apenas
se nota el paso del tiempo, Margareta Dorothea hace gala de una lucidez increíble,
tanto es así que recuerda con detalles momentos de su juventud, de los años de
crisis y penurias en la posguerra y de cuando no había tiempo para vacaciones.
Contrario a lo que se pueda
pensar, la señora Müller no teme a los aviones, ni al viaje de cinco horas para
llegar a Canarias, ni a los sobresaltos que pudieran presentarse en el
itinerario. "Siempre me preguntan por si tengo temor, y yo no puedo
contestar otra cosa que esta es mi vida y que me gusta lo que hago", afirma
esta feliz viajera alemana que piensa seguir repitiendo vacaciones en Maspalomas
y Playa del Inglés, y seguir cumpliendo más años al abrigo del sol del sur
grancanario.